Financiada por Carmen Giménez Termens, el edificio fue levantado sobre un huerto, adquirido expresamente para este objeto, a partir del proyecto del italiano Enrico Daverio (Calcinate, provincia de Como). El edificio consta de dos pisos, en planta baja se situan las aulas y en la planta alta las dependencias particulares de las Monjas y está rodeado por jardines y en parques de recreo para los niños.
El presupuesto inicial para la construcción de este edifico “escolástico”, ascendía a la suma de 131.000 pesetas. El contrato quedaría firmado el 26 de noviembre de 1930 por las partes: como propietaria, doña Carmen Giménez Flores, Vizcondesa de Termens; como arquitecto, don Enrico Daverio, y como contratista constructor, don Rafael Luque Gómez.