Remodelación Almudín de Xàtiva

El Almudín se encuentra en la calle Corretgeria, situada en el centro de la ciudad antigua. Es una vía de edificios dieciochescos que comienza en la plaza de la Seo, donde se encuentran la Colegiata y el Antiguo Hospital. Muy cerca, están la Oficina de Turismo y la plaza del Mercado.

El Museo del Almudín fue creado por el Ayuntamiento en 1917 y reconocido dos años más tarde por el Estado mediante un Real Decreto que lo conceptuaba de utilidad pública. En 1962 sus colecciones fueron declaradas Bienes de Interés Cultural. Los fondos fundacionales quedaron constituidos por los objetos arqueológicos existentes en la Casa de la Ciudad y por los cuadros y los muebles antiguos recogidos en diversos edificios municipales. Poco después, gracias a la intervención de Elías Tormo entonces Ministro de Instrucción Pública, fueron adquiridos el retablo de la Transfiguración y la tabla de San Nicolás y San Dionisio, y en 1924 el mismo Tormo firmó el depósito de tres lienzos de Ribera. También Attilio Bruschetti, personaje de gran interés humano relacionado con el Mundo cultural de la época, hizo varias donaciones y costeó las obras de acondicionamiento. Posteriormente, el museo padeció una larga decadencia, de la que salió en 1986, a raíz de la restauración y ampliación de sus instalaciones a cargo del arquitecto italiano Giorgio Grassi y el español Manuel portaceli.
La remodelación iniciada en 1983 ha tenido como ejectivo el conseguir la unidad del espacio claustral poniendo en relación ambas plantas mediante la recuperación del orden tipológico del patio renacentista.
Básicamente la intervención se ha realizado según estos puntos:

1º. Integración de la planta superior en sus fachadas recayentes al patio realizada a través:

a). Ordenación de huecos axialmente respecto a sus respectivas campatas.

b). Articulación de éstos a través de la cornisa existente sobre la que se apoya el cuerpo superior, la imposta que ortodoxamente debía ligar las aberturas en su plano de apoyo, y la cornisa de remate, donde se entrega la cubierta.

2º. Se han ciegado los huecos superiores en ambas fachadas, coetáneos de los ordenados en el claustro, para que al mismo tiempo que las fachadas presentan su aspecto original, obtener recorrido perimetral de la planta superior (dedicada a pintura) alrededor de la secuencia de los nuevos huecos, recayentes al patio, reforzando esta fuente de luz natural con la artificial ubicada en el mismo sentido.

3º. Se ha materializado a modo de «antiquarium», colocándose cipos, basas, lápidas de grandes dimensiones, etcétera, sobre un zócalo de piedra artificial, y aplicándose sobre el muro, escudos, capiteles, claves de bóveda, etc.

Se han previstos dos corredores a lo largo de cada uno de los lados mayores del edificio que permiten contemplar de cerca, para expertos y curiosos, la labra de las piezas situadas a mayor altura, en general piezas que se situaban así en su situación original (capiteles, claves, lápidas, etc.), además de los escritos fechados indicadores de las cantidades de grano que se depositaban.

Uno de estos corredores permite un acceso de servicio a la planta superior, que se visita a través del edificio colindantes.

En planta Baja abierta al patio, pavimento de hormigón «in situ» ligeramente pulido, bases de las piedras y corredores de piedra artificial de igual color y textura que el pavimento.

En planta superior el pavimento es el tradicional barro cocido tratado para su limpieza acorde con el aspecto rural de la planta con su forjado de madera visto.

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