La hoy conocida como Casa del Rey fue mandada construir por un personaje vinculado a la corte madrileña de Felipe II y Felipe III, Hans Khevenhüller, Embajador de Alemania y entre otros títulos, Conde de Frankemburg y Caballero de la Orden del Toison de Oro.
Las obras se iniciaron en 1594 bajo la dirección del arquitecto italiano Patrizio Cascese (conocido también como Patricio Caxés o Cajés). Se trataba de un palacete de campo, con un doble patio, uno de ellos torreado y con una galería de columnas, y una amplia zona de jardines y huertas para el solaz y recreo de los nobles invitados que continuamente recibía el embajador.
En su interior, costosos tapices y lienzos de los mejores artistas de la época nos dan una imagen que poco tiene que ver con lo que hoy se conserva.
En la actualidad es un centro cultural, utilizado para actividades culturales, principalmente exposiciones.
Junto a la plaza trasera, antes patio interior, aún se conserva la monumental bodega, construida por los jesuitas en el siglo XVII. Es la bodega de mayor tamaño de la Comunidad de Madrid, junto a la mandada edificar por Carlos III en el cortijo de San Isidro, en Aranjuez.