Fuente de Cella

La Fuente de Cella es un pozo artesiano probablemente obra de los templarios asentados en esta localidad, tras su reconquista a finales del siglo XII por las tropas del rey Alfonso II. En origen se trató de una excavación realizada sobre un pequeño manantial preexistente con el fin de mantener su caudal durante alguna de las frecuentes sequías de la época.

El aspecto actual es fruto de la reforma realizada por el arquitecto italiano Domenico Ferrari que en 1729 dio a esta fuente su característico pretil de forma elíptica formado por dos ejes mayor de 34,83 y 24,23 metros respectivos y dos arcos cárcavos a ambos extremos de su eje mayor, a través de los cuales se vierten las aguas hacia senda acequias de riego.

Este caudaloso pozo artesiano que vierte sus aguas a una antigua red de acequias cuyo origen se remonta por lo menos a la época medieval recibe su agua de una gran unidad hidrogeológica denominada «Cella-Molina de Aragón» con un nivel freático, situado en algunos puntos a unos 100 metros de profundidad.

El caudal de la Fuente de Cella se ve muy influenciado por las variaciones en el régimen de precipitaciones de la Sierra de Albarracín, por esta razón, durante periodos secos, disminuye drásticamente y al contrario, se recupera tras periodos de lluvias.

Junto con el manantial de Los Ojos de Monreal, la fuente de Cella es pues una de las mayores surgencias de agua subterránea de la provincia de Teruel.

La Fuente de Cella, con sus 3.500 litros por segundo, es el mayor pozo artesiano de Europa. Fue declarada Monumento Histórico-Artístico por el del Ministerio de Cultura en 1983 y Bien de Interés Cultural por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte en 2003 y recientemente restaurada en 2010.

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